En
realidad, todos los seres humanos tienen la capacidad de
poder emplear su energía psíquica para modificar
la realidad, y de lograr en algún momento de la vida
influir en hechos y sucesos futuros.
Pero, para iniciar el camino esotérico de practicar
y hay que contar con cierto bagaje de espiritualidad
y sabiduría, lo que implica poseer dos virtudes básicas
y fundamentales.
Primero:
Una conducta basada en elevados principios éticos
y morales de lo cual se deriva, necesariamente, una manera
recta de comportarse.
Segunda: Una forma especial de conocerse a sí mismo,
sabiendo de que no se necesita de la materia y los átomos,
para hacerse una idea del mundo, sino que, más bien,
intuye qué es éste, sin necesidad de conocerlo.
Por lo tanto, al comenzar el largo y maravilloso camino
de querer aprender magia, se debe tener perfectamente
en claro, que ambas virtudes, antes mencionadas, se unen
en una síntesis práctica y dinámica:
del pensamiento al comportamiento y de éste nuevamente
al primero, para cambiar eficaz y positivamente la realidad.
Así, ser mago implica intuir las leyes que rigen
el universo y actuar correctamente sobre él.
En principio, comenzaremos
aprendiendo algo sobre magia natural. Más precisamente,
conoceremos al “avellano”, el árbol de
la sabiduría.El poder del avellano le ayudará
a cumplir sus deseos, le otorgará sabiduría
e incrementará sus facultades adivinatorias.
Este árbol brinda
sabiduría y a escuchar en su interior, y le da la oportunidad de lograr
sus peticiones y deseos. Actúa también, como
un gran mediador de la naturaleza, ayudando a los hombres
a aclarar sus pensamientos, además de reconciliarlos
frente a posibles disputas.
Existen varias formas de tomar el poder que proviene de
esta especie. La primera es utilizando sus ramas como vara
mágica, la segunda, aprovechando los poderes que
posee su fruto: la avellana.
Eligiendo
la vara mágica
Con la finalidad de juzgar
situaciones conflictivas con mayor sabiduría al comenzar
los primeros pasos: construya una vara de avellano.
Para ello, seleccione la rama más recta que encuentre,
que tenga unos nueve nudos o brotes. Deberá cortarse
preferentemente de una sola vez, durante una luna de cuarto
menguante o en los primeros días de una luna nueva.
La vara deberá de medir entre la medida de un brazo
estirado y la de un antebrazo. Pero ¡cuidado!, antes
de cortar la vara, no olvide pedirle perdón y agradecer
al árbol, prometiendo a la naturaleza devolver lo
que le ha quitado.
Cada vez que necesite ayuda
para saber valorar un asunto de manera apropiada o para
tomar decisiones acertadas ante una duda, sólo deberá
sujetar la vara en su mano y señalar hacia un objeto
representativo de la situación que lo está
afectando. Por ejemplo: una billetera o monedero, si la
duda que lo atañe es de orden económico.
Una vez terminada la consulta, guarde la vara envuelta en
un trozo de tela color violeta. Como ve, la vara elegida
es muy importante a la hora de practicar y aprender
magia.
Avellana,
fruto de los deseos
Los brujos y magos la llaman
así porque, según dicen, tiene el poder de
responder al pedido que uno realice, siempre que lo haga
desde lo más profundo del corazón.
Además, tiene la cualidad de potenciar la intuición
en cada uno de los rituales mágicos. Por eso, algunos
adivinos y videntes comen este fruto antes de realizar sus
actos adivinatorios.
Para que usted pueda utilizar este fruto a fin de reforzar su voluntad
en cualquier ritual, simplemente, consiga una avellana seca
y pelada. Apriétela entre el dedo pulgar y el índice
de su mano derecha hasta romperla(si no puede, ayúdese
con la otra mano). Repita su petición tres veces,
en voz baja, mientras imagina la avellana cargada de poder
concretando mágicamente el deseo que quiere que se
cumpla. Al romperse, esta fuerza se liberará para
que pronto se haga realidad. Y usted se sentirá feliz
por haberse decidido e iniciar sin tabúes dicho camino.
Enigmas y Misterios
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